“Mmmbop, uh uh uuuumbop” fue alguna vez el hitazo pop del momento; una afirmaciòn estètica, una propuesta de vida... Terminò por ser una moda pasajera para millones de personas alrededor del planeta, una descarga de adrenalina quirùrjicamente aplicada que una vez pasado el efecto se habìa desvanecido en la memoria. Pero para Manuard Bastele, esta canciòn tiene un simbolismo sin fronteras basado en el pasionalismo excesivamente ingenuo, y por ende, excepcionalmente puro.
Hay una infinidad de formas de canalizar la pasiòn, y otras tantas de engañar a la mente para poder engendrar nuevamente pasiòn. En el caso de Manuard Bastele podemos hablar de una habilidosa manipulaciòn que se logrò a través de una racionalizaciòn exitosa de la psique pasional de Manuard; en otras palabras, la pasiòn de Manuard fue domesticada y por conescuencia manipulada.
La autora de esto es “La Maciza” (cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia); la mujer de las piernas generosas con una tendencia desagradable por mostrarlas con falditas de colegiala, facciones burdas y el cuerpo marcado. No es el propòsito de este escrito describir la falta de atributos fìsicos de “la chanchita de Manuard”, pero para los fines de este escrito es imprescindible precisar que su belleza es ìnfimamente inferior –proporcionalmente- a las cantidades de pasiòn descargadas por Manuard Bastele.
A esto debemos agregar los indicios de esquisofrenia de “Pierna” (otro de sus tantos nombres...) los cuales, al no ser identificados en un principio por el ingenuo Manuard, se agregaron a la lista de encantos fraudulentos de la chica. Todas estas circumstancias màs un bar de mala muerte y la marca condujeron a la tragedia final: Manuard se enamorò. No importa si experimentò dichos sentimientos por un instante o por una vida, es imposible negar que el señor Bastele alcanzò nuevas fronteras pasionales que le habìan sido completamente desconocidas. Manuard era ciego, habìa sido cegado por el amor y la pasiòn puros...
Pero las maquinaciones maquiavélicas de la “Maciza” tenìan una falla fundamental: el sìmbolo. Se trata de un tatuaje de ‘Hanson’ en el hombro derecho o izquierdo. Y lo que en primera instancia le habìa parecido encantador a Manuard se convirtiò demasiado ràpido en una duda, una sospecha. La seguridad en la que se reposaba la pasiòn de Manuard se desvaneciò casi instantàneamente (bueno... para eso tuvieron que pasar algunos besos y dìas) y lo que en tan poco tiempo se habìa formado se despomò inconteniblemente.Manuard Bastele habìa recuperado la vista: la objetividad que sus perversiones, obsesiones y gustos todavìa se dan el lujo de permitirle. Cada vez que escucha la tonada de “Mmmbop” recuerda vìvidamente el tatuaje de su alguna vez amada, y se da cuenta que està marcado de por vida, pues su corazòn ha sido tatuado con un sìmbolo, es mismo sìmbolo que porta ella en el hombro.
Leandro Biagi, Nantes el 24 de Octubre 2004.
domingo, 24 de octubre de 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario