sábado, 27 de agosto de 2005

Invitación a escribir un texto colectivo: Barnard

"Barnard", el célebre guionista/actor/director de las telenovelas más pops de las últimas décadas, también conocido por sus brotes pasionales (tanto verbales como fluidales), representa un hito en la cultura televisiva mexicana de los últimos 30 años.

Ciertos críticos del medio equiparan a Barnard con René Cardona, el famosísimo creador de la serie filmatográfica "La Risa en Vacaciones", y otros tantos largometrajes, como por ejemplo "S.O.S. Mujeres en Bikini"; pero aunque haya un paralelismo semántico al nivel temático, tanto los argumentos como la estética y la realización en general son totalmente distintos. Para poder entender realmente la escencia del trabajo de Barnard, basta con pensar en Mel Gibson.

Pasión pura y carnal es la que une a estos dos personajes; pero mientras que Mel Gibson se basa casi exclusivamente en el sufrimiento, Barnard elabora complejos cuadros a veces platónicos, en otros tantos casos carnales que son por un lado -como ya mencionamos- pasionales, y por el otro propulsados por el libido Freudiano. Los escotes generosos, por ejemplo, figuraron siempre entre las cualidades permanentes de las protagonistas de sus novelas. Es importante recalcar la autenticidad de los sentimientos: Barnard otorgaba papeles únicamente a aquellos actores con los que mantuviera algún tipo de relación sexual (y en consecuencia un fuerte legame pasional).

Gracias a este sistema muchos talentos "ocultos" pudieron proyectar sus carreras; para mencionar uno cuantos ejemplos, podemos recordar la serie para adultos "Gatúvela", protagonizada por Vane Vanessa, la telenovela titulada "Te acosaré el viernes", co-protagonizada por Sarah Sivaty y el propio Barnard, o el famosísimo reality show "Güeras Oxigenadas Regordetas: ¡vamos a la playa!", cuyo elenco estuvo compuesto por varias concubinas y ex-amantes de Barnard (sin olvidar a Fercho, claro).

Director de cine, pero también director de su propia vida -tanto personal como profesional- , lo lleva a uno a cuestionarse cuál de las dos es la verdadera telenovela. Porque uno de los tantos méritos de Barnard fue el de imaginar su futuro y después realizarlo. Él creía, creaba ciertos estados mentales que con el tiempo se transferían a la vida real. Podía entrever su futuro, y al mismo tiempo obrar para alcanzarlo. Es así que de utilizar la falsa excusa de trabajar en colaboración con la escuela cinematográfica de Tish (para ligar, obviamente), pocos años después se encontraba en Manhattan, enrolado en los cursos de la misma escuela. Por tanto podemos postular una evolución a la teoría cíclica de la vida de Borges; Barnard fue capaz de interponer ciclos ficticios que anunciaron los reales venideros y venidos. Es factible pensar que Barnard tramó su propia vida, sus propias dichas y desgracias, su propia telenovela... Cada capítulo, cada personaje, cada acción dentro de sus producciones es una clave de su vida. Y este es el más grande legado de Barnard: la historia de su vida, su propia telenovela, es la unidad de toda su obra.

Leandro Biagi, Soria, 16 de Septiembre del 2005.

jueves, 11 de agosto de 2005

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