martes, 5 de octubre de 2004

Buscando al profeta.

Queridos compañeros intelectuales:

(Antes de proseguir, dejenme excusarme por la negligencia de la computadora en la que escribo que no me permite acentuar lo que se debe acentuar, ni usar los simbolos necesarios para exclamar e interrogar. Por su comprension, gracias.)

Tras una gelida mañana tipicamente britanica, siento un recurrente vacio en mi corazon. Este vacio es un espacio en mi conocimiento. Es un hoyo, una duda, un no saber, una ignorancia obscura que hace de todo lo demas una vanalidad absoluta, unas lagrimas de payaso, un no se que...
Minuto tras minuto pondero mis especulaciones, analizo la situacion, recuento los antecedentes y me decido a ser paciente. Pero la duda no cede. El vacio sigue intacto.
Donde es que se encuentra mi profeta? Esta en la tierra que nos vio nacer? Esta en la tierra que sera su nuevo paradero ya? O quiza en medio del aire, en un limbo etereo, incorporeo, a bordo de una nave que asemeja un ave a la distancia.

Supuse que ya estaria mas cerca. Supuse que pronto, quiza, podria verlo con mis propios ojos y dejar de imaginarme sus rasgos, su pensar, su ser. Porque solo pensando que el profeta existe, puedo hallarle sentido al sinsentido. Por eso, en medio del turbulento caos que su ausencia me postra en el mediatico medio de mi vida, me encuentro perdido, sin guia, sin luz, sin calor, sin un profeta.

Donde esta usted...Licenciado Rogers???


Luis Bianchi,
Octubre. 2004.

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